Mari e Isma son dos chicos muy jóvenes, con la sonrisa incorporada
a sus rostros, con una historia de amor, llena de alegrías, pero no porque la
vida les fuera fácil, sino porque los dos son unos luchadores y se van forjando
esa felicidad día a día. Siempre pienso que las personas no se cruzan por la
vida de otros porque si, y esta es una de esas ocasiones en la que un Isma se tenía
que encontrar con una Mari, porque ella es la felicidad de él y viceversa…
Si no existiera el invierno, la primavera no sería placentera, y si no pasamos por la adversidad la prosperidad no sería bienvenida. (Anne Bradstreet).
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